domingo, 11 de marzo de 2012

Un Plan para Resusitar el Vino


La Federación Española del Vino (FEV), que representa a más de 800 bodegas españolas, ha presentado al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente un proyecto de promoción para "revitalizar" el consumo de vino en España, según ha informado en un comunicado que recoge Europa Press. El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, se entrevistó con el sector vitivinícola español, que expuso la situación del mercado interior, donde el consumo continuó disminuyendo en 2011.
El sector defendió la necesidad de una "política coherente" entre ministerios en la que "no se demonice al vino" y se reconozca el esfuerzo de las organizaciones del sector por fomentar un consumo moderado y difundir la relación entre vino y salud.  En el encuentro, se destacó "el éxito" de las exportaciones de vino español, que en 2011 aumentaron un 26,3%, hasta 22,3 millones de hectolitros sobre una producción de 40,3 millones de hectolitros de vino y mosto. Según la FEV, se resaltó la relevancia que tiene la internacionalización y "se puso de manifiesto que el vino debe ser protagonista y contribuir favorablemente en el proyecto Marca España".  Los representantes del sector defendieron igualmente "la importancia de las marcas privadas en el sector del vino, cuyo uso se ha visto a veces restringido en muchas denominaciones de origen, amparadas por la normativa de sus comunidades autónomas". "Esta importancia se está demostrando en el éxito que tiene el programa de promoción en países terceros, que tiene un fuerte componente marquista", concluye la nota.  El sector del vino ha sufrido desde 2004 la actitud negativa de los sucesivos gobiernos socialistas hacia ese sector. Ya el primer secretario de Estado de Agricultura con Zapatero, Fernando Moraleda, explicó a periodistas reunidos por la FEV hace ocho años que el Gobierno estaba dispuesto a ayudar a exportar, pero que la tendencia en España era a disminuir el consumo, "y este Gobierno no va a ir contra la sociedad". Después llegarían las campañas engañosas de amedrentamiento del director general de Tráfico (las de "al volante, tolerancia cero"), la prohibición de la campaña de la (hoy difunta) Fundación Tierra de Viñedos para demostrar que tras una comida con consumo moderado de vino nunca se da una tasa prohibida de alcoholemia, o las reacciones de los rectorados de las universidades públicas de Madrid -próximos al PSOE estos últimos años- cuando se intentó poner en marcha cursos de cata para sus alumnos: "La Universidad no está para fomentar el alcoholismo". Justamente el aumento constante del alcoholismo juvenil mientras caía en picado el consumo de vino en España ha servido para demostrar que en este país vino y alcoholismo están ya absolutamente desligados: bien al contrario, como insiste la campaña europea Wine in Moderation (ideada por el secretario general de la FEV, Pau Roca), el vino es parte de nuestra dieta tradicional, no es una bebida que favorezcan quienes desean emborracharse, y su uso moderado junto a la comida tiene beneficios demostrados para la salud. Vino es hoy lo contrario de alcoholismo. En su anterior etapa como ministro, Arias Cañete -muy ligado por lazos de familia al sector tradicional de los vinos generosos de Jerez- promovió una Ley del Vino (2003) muy positiva, en la que por primera vez se proclamaba la pertenencia de esta bebida a la tradicional dieta mediterránea. Pero los sucesivos gobiernos socialistas le hicieron poco caso; al contrario, Elena Salgado, durante su etapa de ministra de Sanidad, promovió una ley de defensa de la juventud contra el alcoholismo extraordinariamente hostil con el vino, al que equiparaba con los destilados. Todo el sector, unido, presionó hasta que el Gobierno retiró ese proyecto. Fuente el Mundo del Vino