lunes, 23 de mayo de 2011

La Comida Criolla está en auge


“Por décadas, en las mesas de los banquetes y festejos del país, la gastronomía criolla fue vista como una 'Cenicienta'. Por diversas y variadas razones,  los menús que se ofrecían en las celebraciones y acontecimientos sociales habían  sido monopolizados por platillos extranjeros, que si bien son deliciosos, vistosos  y variados, no representan en esencia esa mezcla exquisita  y única de saberes y sabores que identifica lo que somos: venezolanos”.
Con un aire de orgullo,  el chef internacional José Pirela -gerente general de Ciboulette Escuela de Alta Cocina, en Lechería-, expresa que la comida criolla está en auge y que resulta, además, una opción elegante a la hora de agasajar los exigentes paladares de los comensales de cualquier reunión especial. “Elementos que resultaban  infaltables  y únicos  como los embutidos, salmones   y quesos europeos le están abriendo paso lentamente a cosas tan sencillas como una arepita estilo 'reina pepiada', una crineja  de queso de cabra fresco o una bandeja de bollitos pelones, en presentación minimalista. Es una tendencia que va en alza y que nos ayuda a rescatar el amor por lo nuestro”. Atrás quedaron los banquetes de platos abundantes, agregó.  -¿Qué explica ese “renacer” de los sabores venezolanos en las mesas de eventos sociales?  .No sé si hay una  razón específica. Pienso que este “movimiento” lleva varios años gestándose. No es algo que  haya surgido de la nada. Su objetivo primordial  es colocar en el gusto de la gente ese sabor de la cocina propia de la época de la Colonia, la comida mantuana, que no debe desaparecer bajo ninguna circunstancia. Academia de sabores  Pirela afirma que esta tendencia surgió en las mesas de las escuelas de cocina de todo el país, en las que incentivan a los futuros chefs a aprender sobre el origen y preparación de la gastronomía venezolana, en todas sus presentaciones y corrientes. “En nuestras aulas  ocurría un fenómeno extraño: existía un tabú hacia nuestro legado culinario, era visto como algo básico. Los aspirantes a chefs en Venezuela quieren aprender  comidas como la italiana, la española, la china o la japonesa. Eso es  parte de ser un cocinero integral, pero los sabores y aromas que heredamos también son importantes”. Fenómeno nacional Esta forma de promoción de sabores, aromas y formas no es exclusiva del Oriente del país. Pirela cuenta que en bodas, espectáculos y celebraciones del Centro Occidente y Sur los quesos, embutidos y delicateses europeos y asiáticos dieron paso -por ejemplo-  a arepitas de un sólo bocado, tequeños, bollitos pelones, cuyo sabor tradicional se resalta con una presentación  y aderezo especial. Quesos frescos blancos, guayanés, de crineja o natas lácteas untables emergen deliciosos de las mesas de las casas,  para revelarse contra la hegemonía impuesta durante décadas por lácteos holandeses en fiestas, cumpleaños, bautizos y otras presentaciones diversas. “Lo importante es  brindarles a nuestros invitados la posibilidad de que disfruten de ese sabor  ancestral, que les resulte familiar, pero a través de una presentación gourmet, atractiva y novedosa, que hasta sorprende gratamente”. Así, delicias sencillas y sin pretensiones como tequeños (rellenos con diversas exquisiteces diferentes al queso)  y  aderezos criollos de ingredientes locales, se conjugan para engalanar las estaciones de comidas  de los encuentros más elegantes. “Lo mejor de este fenómeno  es la repuesta que  ha generado en el público. Cada vez más personas ven  nuestra gastronomía como una opción agradable e incluso 'chic', que se sale de lo normal y le da un toque de originalidad a los festejos”, señaló Pirela. Sabores orientales engalanan mesas de banquetes y fiestas Lonjas de aguacate, rebanadas de queso blanco, plátanos, perico, arepitas, caraotas blancas, carne mechada, pescado “cachicameado” (receta oriunda de  Clarines) cochino frito  y una abundante porción de crema de leche son las delicias que integran el menú de “Anzoátegui en un plato”. Esta multisápida opción gastronómica, planteada por la empresa de catering local Somos Arlequín, fomenta el rescate de esos sabores y aromas que salieron de  las cocinas de los hogares criollos, para protagonizar las apuestas culinarias en  las mesas de banquetes  y fiestas, una tendencia que ha ganado terreno en el país. Artemi Rodríguez, directivo de esa empresa organizadora de festejos, afirmó que la idea es aplicada a petición de muchos de sus clientes y como una forma de nacionalismo, que busca variar las opciones culinarias que ofrecen otras firmas de ese ramo. “Es una cuestión de orgullo nacional y oriental. Por ejemplo, un queso blanco barinés o de Zaraza no tiene absolutamente nada que envidiarle a su similar holandés. Ambos son elegantes  y el sabor de los primeros  es acorde con otros ingredientes del recetario criollo que es capaz, sin muchas pretensiones,  de conquistar paladares de todo tipo”. Con 15 años de actividades, Rodríguez reconoció que llevar a las fiestas alimentos como el lomo negro, pasapalos con casabe o mini polvorosas de pollo constituyen un riesgo económico, pero  cada vez más personas sucumben al atractivo y gusto  de esas delicias.  “La gente sabe que las  exquisiteces hechas en Venezuela no tienen nada que envidiarle a las importadas, ese es nuestro gancho”, dijo. Fuente: el tiempo.