domingo, 23 de enero de 2011

Llegó la comida del Futuro


¿Existe un sustituto ideal para la carne, que tiene sabor a avellana, rebosa de proteínas, es pobre en grasas, es ecológica y no enferma al humano que lo consume? Sí. Se trata de los insectos. Según informa el diario Le Monde, tal es la conclusión de un equipo de investigadores holandeses de la Universidad de Wageningen que afirma que estos invertebrados son una maravillosa fuente de proteínas, benéficos para la salud y poco nocivos para el ambiente.
Tartas de gusanos, revueltos de huevo y termitas, avispas al chocolate, escarabajos confitados y hasta chupetines "langostados"; parece ciencia ficción... pero, dentro de unas décadas, bien podría ser ése el método para compensar la disminución de la superficie de tierra cultivable en paralelo con el crecimiento demográfico. En todo caso, así lo promueve la agencia de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), para la cual la solución a estos problemas es la inclusión de insectos en la alimentación humana. Marcel Dicke, el jefe del departamento de Entomología de la universidad holandesa, aseguró que regularmente los consume con su familia, porque hay que "comer menos carne o encontrar una alternativa". Con diez kilos de vegetales se producen entre 6 y 8 kilos de insectos contra, solamente, uno de carne. "Llegará el día en que un Big Mac costará 120 euros y un Bug Mac, 12 euros (bugsignifica insecto); llegará un día en que la gente que coma insectos será más numerosa que la que coma carne", predijo el entomólogo Arnold van Huis, en una conferencia durante la cual presentó los últimos resultados de sus investigaciones. Un grupo de osados estudiantes holandeses fungieron como conejillos de indias para probar los manjares preparados por los investigadores a base de gusanos, grillos y escarabajos. Según una joven voluntaria, Walinka van Tol, la "cosa" que estaba probando -un chocolatín con lombriz incluida- tenía "un gusto a.... avellana". "La pregunta por hacerse es: ¿por qué no comer insectos?", dice Dicke, minimizando siglos de cultura en contrario. Es que, sin duda, lo más difícil será cambiar la mentalidad occidental que asocia a los insectos con la suciedad, los microbios, la transmisión de enfermedades, etc. Son más vistos como una molestia que como fuente de utilidad. Ahora bien, el experto tiene otra carta en la manga para convencer a los remisos y es que el hombre come, sin saberlo, un promedio de 500 gramos de insectos al año, disimulados en los dulces de fruta o en el pan, por ejemplo. Y, cabe agregar, más de un distraído con la boca abierta no habrá podido evitar tragarse alguna mosca..., sin consecuencias para su salud. Además, en varios países, especialmente de África y Asia, se los considera como bocados muy delicados. En Occidente, México es uno de los países que se adelantan al futuro: consume 500 variedades de insectos. Son famosas las botellas de tequila o aguardiente en las cuales flota un gusano. Las especies comestibles de esta clase zoológica son unas 1.400, lo que da una idea de la amplitud de preparaciones entomológicas que una cocina refinada podría producir. Y no es la única ventaja: también están presentes en todas las latitudes y en todos los elementos: tierra, aire y agua. ¿Acabarán los insectos por reemplazar a la carne en nuestros platos? Fuente: infobae.