El vino combina
perfectamente con la carne por un motivo: ocupan lugares opuestos en el
espectro sensorial de la boca. Una nueva investigación realizada por la
Universidad de Rutgers (Estados Unidos) encontró que las personas prefieren
consumir, en una comida, alimentos que tienen efectos opuestos en la boca. Y
este gusto por lo variado ayuda a que mantener una buena alimentación. Estas
conclusiones fueron publicadas en la revista Current Biology.
OPUESTOS QUE COMBINAN
Para analizar por qué
ciertos sabores combinan muy bien, los expertos simularon el efecto que el vino
y la carne tienen en la boca. El vino genera astringencia, es decir que produce
la retracción de los tejidos, y se siente áspero y seco en la boca. Las grasas
hacen lo opuesto ya que son resbalosas. Paul Breslin, el nutricionista a cargo
del estudio, usó bebidas con extracto de semillas de uva, ingredientes del té
verde y sulfato de aluminio. Estos líquidos, al ser consumidos en varios tragos
consecutivos, produjeron astringencia en la boca. Pero al mezclarse con carne
se generó un contraste: las grasas se resbalan en la boca por lo cual la
sensación obtenida es la opuesta. "La oposición entre sensaciones grasosas
y astringentes nos permite comer alimentos grasosos más fácilmente ",
explica el experto. Breslin explica que las personas buscan combinar estos
alimentos que generan sensaciones opuestas porque hay una tendencia natural a
buscar el equilibrio en el paladar. El experto considera que esto es una
ventaja porque ayuda a las personas a elegir comidas variadas. "La boca es
un órgano somatosensorial sumamente sensible. Cómo se siente la comida en la
boca tiene mucho que ver con qué elegimos comer", afirma. Breslin comentó
que algunas semillas frescas y las nueces son particularmente atractivas porque
tienen en sí mismas tanto las grasas como los astringentes, por lo cual
"se equilibran a sí mismas". Yahoo Noticias